Actitud filosofica

Los primeros filósofos occidentales nacieron en la antigua Grecia, hacia el siglo VI a.d.C. Es sabido que la antigua Grecia estaba formada por un conjunto de ciudades-estado repartidas por el Mediterráneo oriental: el sur de Italia, la isla de Sicilia, la península griega y las costas de la actual Turquía (Jonia o Asia Menor). Tenían en común la lengua, los dioses y héroes de los poemas de Homero y el comercio y la técnica, pero se diferenciaban en las leyes y en la organización de la sociedad.
Hay dos maneras de saber cómo es el mundo: la primera, mediante la observación de nuestros sentidos, la segunda, prescindiendo de lo que nuestros sentidos nos muestran, a través de la razón. A la primera forma la vamos a llamar actitud natural y a la segunda, actitud filosófica. La actitud natural nos dice: el mundo es tal y como lo vemos, mientras que la actitud filosófica nos dice el mundo no es como parece ser. Todas las personas de alguna manera, se sitúan frente al mundo en una actitud natural o en una actitud filosófica.
La primera actitud filosófica que conocemos se dio en la Grecia del siglo VI y la podemos formular de la siguiente manera: ¿De qué está hecho el mundo? Tal como nos lo muestran nuestros sentidos, el mundo es inestable, sometido a cambios continuos. Unas veces la vida es posible, otras, es bruscamente interrumpida por fuerzas exteriores. En todo caso, todo tiende a la disolución, y no hay nada que dure para siempre. Además, hay una infinidad de cosas en el mundo, tan distintas, que no guardan entre sí ninguna relación. El mundo es un desorden, un caos. Pero, detrás de este desorden aparente, de este caos, tiene que haber un elemento común a todas las cosas. Es más lógico pensar que el mundo es simple, que todo se reduce a uno o a unos pocos elementos.
Así lo hicieron los presocráticos como ya vimos, por ejemplo Tales, que es considerado el primer filósofo porque fue el primero que se planteó y dió respuesta a estas preguntas: "¿De qué está hecho el mundo?", "¿Cuál es el elemento común ( arjé) a todas las cosas? Tales pensó que ese elemento común (arjé) era el agua. Con esto quería decir que todas las cosas, por distintas que puedan parecer, proceden del agua y aún más, que todas las cosas son agua. El elemento común, la esencia o la naturaleza de todo es el agua. El agua es el único elemento de la naturaleza que se presenta en los tres estados de agregación de la materia: sólido (como hielo), líquido y gas( como vapor). Además, todos los procesos vitales necesitan agua; el semen es húmedo, las plantas y animales necesitan agua para crecer, los alimentos son húmedos, etc. Por otro lado el agua parece estar llena de vida y movimiento.
Ahora si tomamos a Aristóteles y su lógica, sabremos que esta es "la ciencia de los razonamientos válidos". Un razonamiento es válido cuando la conclusión a la que llegamos se deduce necesariamente de las premisas de las cuales partimos. Algunos razonamientos son válidos aparentemente, tienen el aspecto de la verdad, pero si nos fijamos, descubrimos el engaño. Este tipo de razonamientos aparentes se llama falacia o sofisma, y el peligro es doble: uno puede engañarse al formular una falacia, o bien ser engañado al escucharla. Por ejemplo, si afirmo que el arco iris es la causa del fin de la lluvia, estoy cometiendo una falacia, porque estoy dando como causa del cese de la lluvia lo que sucede un poco antes, pero sólo eso. Las falacias o sofismas son divertidas a veces, pero en el fondo, no nos gustaría que alguien mucho más listo pudiera hacernos ver una falacia como si fuera un razonamiento lógico. La palabra sofisma viene de unos filósofos griegos del siglo V antes de Cristo, los sofistas (sofos= sabiduría; "maestros que poseían muchos saberes y cobraban por enseñar"), quienes pensaban que no existía la verdad: mi verdad, tu verdad, su verdad... todo es subjetivo. El más habilidoso con las palabras y con los razonamientos convencería a los demás y acabaría imponiendo su verdad. A los sofistas les gustaba juguetear con el lenguaje y hacer falacias para convencer a los más aturdidos.

Filosofia Griega: Protagonistas

Continuando con la filosofía griega, expondré brevemente a sus principales protagonistas.
Sócrates
La figura principal de la transformación de la filosofía griega en un proyecto continuo y unificado —el que todavía se persigue hoy— es Sócrates, quien estudió con varios sofistas. Pasó gran parte de su vida generando discusiones con todo aquel que podía en Atenas, tratando de determinar si alguien tenía alguna idea de lo que estaba hablando, especialmente cuando el tema tratado tenía que ver con la justicia, la belleza o la verdad.

Sócrates es considerado el padre de la filosofía política y de la ética, o filosofía moral, y es la principal fuente de todos los temas importantes de la filosofía occidental en general; quizás su contribución más importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar, conocido como el método socrático, el cual aplicaba para el examen de conceptos morales clave, tales como el bien y la justicia.

No dejó ningún escrito, pero inspiró a muchos discípulos. En su vejez, se convirtió en el foco de la hostilidad de muchos de la ciudad quienes veían a los sofistas y a la filosofía, intercambiablemente, como los destructores de la piedad y moral de la ciudad; y fue ejecutado en 399 a. C. Detalles de la vida de Sócrates son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: los diálogos de Platón, las obras de Aristofane y los diálogos de Jenofonte.

Platón

El estudiante más importante de Sócrates fue Platón, quien escribió múltiples diálogos filosóficos utilizando el método de indagación de su maestro para examinar problemas. Los primeros diálogos demuestran cierta semejanza con el estilo de indagación de Sócrates. Los que discuten desarrollaron un sistema substancialmente metafísico y ético para resolver estos problemas. Las ideas centrales son el Mundo de las ideas, teoría que afirma que la mente es inspirada por una capacidad innata para comprender y aplicar conceptos en el mundo, y que estos conceptos son más reales que las cosas del mundo que nos rodean; la inmortalidad del alma siendo mas importante que el cuerpo; la idea de que la maldad es una forma de ignorancia, que solo el conocimiento puede dirigir hacia la virtud, que el arte debería ser subordinado a propósitos morales, y que la sociedad debería ser gobernada por una clase de reyes filósofos. En los diálogos posteriores, Sócrates figura menos prominentemente, y la teoría del Mundo de las ideas es puesta en duda; preguntas directas más éticas se convierten en el centro.

En su obra La Republica, Platón ataca el sistema político de la democracia, culpándolo de la derrota de Atenas en las Guerras del Peloponeso. Platón atribuye la indecisión a las masas (que votaba sobre todo, incluyendo las estrategias militares) como la razón de la derrota militar. Propuso, en cambio, una sociedad jerarquizada en tres niveles, con trabajadores, guardianes y filósofos, en orden ascendiente de importancia, citando el gran conocimiento de los filósofos acerca de las ideas como la razón por la cual eran "apropiados" para gobernar la sociedad del momento.

Aristóteles

Platón fundó la Academia de Atenas, y Aristóteles fue su alumno más sobresaliente. Entre sus doctrinas más influyentes se encontraban su Metafísica y la formalización de la Lógica. Parece que Aristóteles fue el primer filósofo en catalogar todo silogismo válido. Posteriormente, Aristóteles fundó otra escuela, el Liceo.

Filosofía Griega Clásica

La escuela de Atenas

Hay varias teorías acerca de por qué la cultura ateniense promovió la filosofía. Una teoría, la más divulgada, indica que ocurrió porque Atenas poseía una democracia directa. Se sabe que, gracias a los escritos de Platón, muchos sofistas mantenían escuelas de debate, que eran miembros respetados de la sociedad y que eran bien pagados por sus estudiantes. También es bien conocido que los oradores tenían una enorme influencia sobre la historia ateniense, algunos creen que por ello esta tiene sus errores. (véase Batalla de Mileto).

Otra teoría sobre la popularidad del debate filosófico en Atenas se debía al uso de la esclavitud en el lugar, pues la fuerza de trabajo era realizada en su mayoría por esclavos, labor que, de otra manera, la población masculina de la ciudad realizaría. Libres de trabajar en los campos o en actividades productivas, eran libres de organizar asambleas en Atenas, y pasaban largas horas discutiendo preguntas populares filosóficas.

Cierto es, según cuenta la historia, que los estudiantes de los sofistas querían adquirir habilidades oratorias para poder influir sobre la asamblea, en consecuencia convertirse en ciudadanos ricos y respetados. Como los debates ganados conducían a la riqueza, los sujetos y métodos de debate fueron extremadamente desarrollados.