Pananimismo e Individuación

El mundo, que es un ser animado y armonioso, posee vida propia:

El "gran año", que es un ciclo, parte del fuego original, se desarrolla por la aparición (a partir del fuego) del aire, el agua, la tierra y todos los cuerpos que se componen de estos cuatro elementos, volviendo finalmente al fuego. Una conflagelación universal termina el ciclo del mundo, que vuelve a recomenzar de nuevo, y como todos los acontecimientos de cada ciclo son necesarios, cada ciclo repite exactamente el ciclo anterior.

Tampoco existen sino "individuos" concretos, los cuales son siempre diferentes entre sí, dice Cicerón: "Cada cosa posee su propio carácter y nada es idéntico a otra cosa" Cada individuo está caracterizado por una tensión interior, una manera de ser o estructura que no puede repetirse en otro. Lo universal (del mismo modo que las Ideas en Platón o la forma en Aristóteles) carece de realidad. Pero aunque sólo existen individuos, éstos están ligados entre sí y todo el mundo es una gigantesca armonía de correlaciones e interdependencias. Y una ley rige a toda esta diversidad, surgiendo el concepto de "ley natural" y "providencia".

Para los estoicos, carece de sentido hablar del mal en el mundo, porque nada de lo que sucede puede ser un mal en sí mismo ya que juzgarlo así es consecuencia de la limitada visión que tenemos del acontecer mundano.

Pirrón de Elis es el máximo representante del escepticismo en la antigüedad. Aunque es posible identificar rasgos escépticos entre los sofistas y en la escuela de Megara, fue Pirrón quien adoptó el escepticismo como postura definitiva. Se estima que la suya era una reacción contra el dogmatismo de otras escuelas filosóficas: si la filosofía se origina en la búsqueda, el filósofo dogmático luego considera que ha hallado la verdad, mientras que el escéptico opta por quedarse con la búsqueda y afirma que es imposible encontrar una verdad definitiva. Su indagación consiste en intentar destruir permanentemente los argumentos de los dogmáticos.

Según Pirrón todas nuestras percepciones son relativas ya que solo nos retratan la realidad tal como "aparecen" filtradas por nuestros sentidos.

Dado que la información que nos llega a través de los sentidos son aparentes, no hay ninguna razón para afirmar que una aserción es más verdadera que la contraria. La única postura coherente será pues, suspender el juicio (epoché) y no decir nada (aphasía).

Pirrón deriva pues en una ética de la impertubabilidad: como nada sabemos con certeza, todo debe sernos indiferente, y ninguna opinión tiene por qué perturbar nuestro ánimo. Cabe destarse que por vías diferentes, Pirrón aborda a una ética similar a la estoica, aunque esta tenga una base dogmática. El pirronismo tiene una clara intención moral e intenta responder a los mismos problemas que el estoicismo y el epicureísmo. Podría decirse que la pretensión de Pirrón es que sólo un escéptico puede aspirar a la felicidad en tanto y en cuanto puede abstraerse de las angustias de la vida.