Tres días en Londres nunca vienen nada mal



Londres,  una metrópoli asombrosa, cosmopolita, limpia, educada, cortes, con tanta diversidad cultural que sorprende.
Fueron tan solo tres días de travesía intensa, tiempo de sobra  para volverse a enamorar de un lugar tan frio y cálido a la vez. La gente siempre tan servicial, correcta y amena. Esta vez recorrimos la ciudad desde otros lugares, sus calles céntricas y no tanto son igual de lindas y limpias.
Lo bueno de todo es que el subte conecta casi toda la ciudad, de esa manera es muy simple moverse de aquí para allá, mayormente con el mismo boleto.
En Londres Leti le saco foto a todo y con todo, tablet, poquet, cámara réflex,  de día, de noche, de tarde y a toda hora click de aquí para allá, pero eso si, no se perdió una vidriera, en Primark enloqueció, como todos los que alguna también pasamos por allí la primera vez y no queremos perdernos ninguna de sus súper rebajas.
Descubrió los placeres de la cerveza inglesa, un sinfín de vidrieras con diseños hermosos, y que la gente es mas amigable de lo que uno puede pensar o imaginar. También en lápiz negro comenzó su diario de viaje.
En Londres Lu hizo algunas tomas, pero básicamente se rio y divirtió bastante con todo lo que tenía a su alrededor, para ella las estaciones tenían otro nombre y hasta a ella le cambiaron el suyo un buen día que fuimos a desayunar a  Starbucks, su vaso decía Ludmilla con doble L en lugar de una y de ahí paso a ser ludmiya para nosotros.
Para Lu la Reina, era y es la Reina zorra, y se lamenta al saber que luego quedara, según ella, la zorrita de la nuera.
Para Lu la estación Holborn, era Hellboy, la estación Russell Square, era Rossell Crowe (como el actor), Primark era primate…y  todo así, ella bautizo parte de la ciudad con una rapidez que daba carcajadas. Y le gusto tanto de la ciudad y la forma de vida que ahora se quiere quedar.
En Londres Mariano y yo siempre queremos quedarnos, así que tratamos de disfrutarla al máximo, esta vez pudimos verla de noche con luces que embellecen aun  mas sus obras, monumentos, caminos, etc. Pero lo más importante es que  pudimos disfrutarla con amigos. Estamos enamorados de la ciudad sin importar nada más.
En Londres también cenamos comida hindú o algo así, era horrible y  todo tenía curri, nos reímos de la fluidez del habla ingles, nos confundimos de anden, adopte a ludmilla, Mariano se resiste, pero la pelea  y le compite con cariño todo el dia, compramos muchas cosas lindas para nosotros y para regalar, nos horrorizamos y reímos a la vez del sucucho donde mandan a los fumadores a desplegar su vicio, tomamos mate y padecimos las maletas hasta Paris, pero esa es otra historia.


1 comentario:

Anónimo dijo...
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